Desde siempre han existido soñadores que han buscado ir un paso más allá para alcanzar sus metas. Este es el caso del Gordon-Keeble GK1, que nacería gracias al entusiasmo de John Gordon y Jim Keeble, que trabajarían conjuntamente para crear unos de los automóviles más veloces de su tiempo. A pesar de sus fantásticas cualidades el Gordon-Keeble GK1 es solo conocido por los más eruditos amantes del motor.

Gordon-Keeble GK1 era un precioso gran turismo británico, que contaba con un espectacular diseño de italiano además de un lujoso interior. Pero era mucho más que eso ya que además tenía unas prestaciones asombrosas que le permitían alcanzar los 230 Km/h gracias a su mecánica V8 de origen norteamericano. Irónicamente como logo Gordon-Keeble utilizaría una tortuga en contraposición de su velocidad.

El comienzo de un sueño

Gordon-Keeble GK1

Para entender su historia primeramente necesitamos conocer a las personas que lo hicieron posible. Por un lado John Gordon, que por aquel entonces dirigía Peerless Motor, compañía había lanzado el Peerless GT, un deportivo con carrocería de fibra de vidrio y mecánica de Triumph TR3. Mientras que Jim Keeble era propietario de un taller en Ipswich al que un piloto norteamericano había llevado su Peerless GT a que le instalaran un motor V8 americano. El resultado de esta transformación fue tan satisfactoria que llevaría a J. Keeble y J. Gordon a entablar conversaciones acerca de crear un automóvil similar denominado Gordon GT.

Para la creación del prototipo se entraría en contacto con famoso carrocero Turinés Bertone. El encargado de su diseño sería un jovencísimo Giorgetto Giugiaro, quien posteriormente crearía la famosa Ital Design. El diseño de la carrocería coupe de dos puertas y cuatro asientos con un frontal de doble faro que recordaba hasta cierto punto al Lancia Flamina o a Triumph. A pesar de todo resultado del diseño sería un elegante gran turismo con personalidad propia.

Aparece el Gordon GT

Gordon-Keeble GT Prototipo

Bajo la fina carrocería acero del prototipo se escondía un chasis tubular con tubos de sección cuadrada, que permitía mantener el peso en tan solo 1.168 kg. El Gordon GT incorporaba una suspensión delantera independiente así como un puente De Dion en el eje trasero. El Gordon GT incorporaba algunas novedades como los frenos de disco Girling en ambos ejes además de contar con una caja de cambios manual de 4 velocidades.

Mecánicamente seguía la fórmula otros pequeños fabricantes de deportivos como ISO Rivolta o DeTomaso, tomando prestado un motor de fabricación americana. En este caso se trataba de un V8 de 4.638 cm³ procedente del Chevrolet Corvette “C1” que entregaba 236 Cv a 4.800 rpm. Gracias a su ligero peso y a su potente mecánica V8 prometía unas prestaciones espectaculares para los años 60 con una velocidad máxima de 140 mph aproximadamente unos 225 Km/h y una aceleración de 0-60mph de tan solo 7.7 s

Gordon-Keeble GT Prototipo

El prototipo se exhibirá por primera vez en el Salón del automóvil de Ginebra de 1960 en él stand de Bertone bajo la denominación Gordon. Su aparición seria casi milagrosa debido a que por distintos retrasos en los componentes, Bertone a solo dispondría  de 27 días para terminar su construcción. Inicialmente estaba previsto iniciar su construcción para Septiembre de 1960, pero debido a sucesivos problemas se produjo un paréntesis de cuatro años hasta que por fin se pudo llevar a la realidad.

Llega el Gordon-Keeble GK1

Gordon-Keeble GK1

En marzo de 1964 haría definitivamente su aparición ya bajo la denominación Gordon-Keeble GK1. Aunque exteriormente era similar al automóvil exhibido en el Salón del automóvil de Ginebra de 1960, su carrocería de acero fue sustituida por una de fibra de vidrio. La empresa William & Pritchard de Londres fabrico los moldes y las doce primeras carrocerías. Gracias a los materiales utilizados para fabricar la carrocería y un chasis tubular, el peso del  Gordon-Keeble GK1 se quedaba en tan solo 1.435 kg, que lo significaba que era nada menos que 120 kg más liguero que el ISO Rivolta.

Otro aspecto en el que se modificaba en la versión de producción, era la mecánica V8 que pasaba de cubicar 4.638 cm³ a 5.354 cm³ aunque mantenía su origen GM. Este cambio era obligado pues en 1963 GM había introducido el nuevo Chevrolet Corvette “C2”. Gracias al aumento de cilindrada su potencia pasaba de 236 Cv a unos 284 Cv a 5000 rpm con un par máximo de 488 Nm a 3000 rpm.

Un automovil excepcional

Gordon-Keeble GK1

Como buen gran turismo británico en el interior se podía respirar una atmosfera de lujo repleto de materiales de gran calidad. Sobresaliendo un precioso salpicadero forrado en cuero con dos grandes indicadores frente al conductor y un maravilloso volante de madera. Su fabricación ser realizaba en Eastleigh (Hampshire) cerca del aeropuerto de Southampton.  Debido a esto el su diseño ser vería fuertemente influenciado por la industria aeronáutica de la época. Tanto era así que los folletos publicitarios de la marca hacían gala de «Estar construido con estándares de aeronauticos”.

El Gordon-Keeble GK1 era un coche excepcional para los estándares de la época tanto que el mismísimo Paul Frere se maravillaría por sus fantásticas cualidades dinámicas. Con unos registros espectaculares pera la época como una aceleración de 0-60 Km/h en tan solo 7.5 segundos, o una velocidad máxima cercana a las 140Mph unos 225 km/h. Gracias a grandes cualidades del Gordon-Keeble GK 1 fueron comparados con mejores deportivos de su época como el Ferrari 330 GT, el Jaguar Mk X o el Mercedes Benz 300 SL.

Un injusto final

Gordon-Keeble GK1

A pesar de las grandes virtudes la producción tan solo estaría en producción hasta marzo de 1965 debido a graves problemas económicos provocados por un fallo de cálculo en el precio de venta. Se había iniciado su comercialización con un precio de tan solo 2.798 libras esterlinas que no permitía cubrir los costes totales de producción del modelo. En tan solo un año de producción llegaron a construirse un total de 93 unidades completas.

Afortunadamente se mismo año se lograrían obtener los fondos necesarios para reanudar la producción del Gordon-Keeble GK1. Los precios de venta habían sido ajustado hasta las 4.058 libras esterlinas en busca obtener una mejora de la rentabilidad. Lamentablemente la oportunidad que se había presentado en 1960 prácticamente había desaparecido y las ventas del coche fueron muy reducidas. Aunque la producción continúo en Southampton hasta 1967 apenas se produjeron menos de una decena de unidades.

Tras esta quiebra los derechos de fabricación serian vendidos a John De Bruyne que tenía la intención de construirlo de nuevo en EEUU. En el Salón del automóvil de Nueva York de 1968, se mostrarían dos modelos bajo unas nuevas insignias. A pesar de todo el proyecto nunca llego a fraguarse y los automóviles no entraron nunca en producción.

Acabaría de esta manera la historia del Gordon-Keeble GK1, un elegante, veloz y exclusivo, tan solo se producirían unas 99 unidades contando los diferentes periodos de producción del Gordon-Keeble GK1. Se estima que han sobrevivido un gran número de unidades, estimándose que todavía circulan más de la mitad de unidades de este precioso y desconocido gran turismo británico.


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