Uno de los grandes personajes de la historia del automóvil, fue el polifacético, Anthony Colin Bruce Chapman, que además de ser ingeniero y fundador de la conocida marca británica de automóviles Lotus, sería un avezado piloto de carrera, así como un gran entusiasta de la aviación. Su gran talento como ingeniero, seria sacar aprovechar al máximo todas las posibilidades de el reglamento le permitía, además de su incansable lucha contra el peso, eliminando todo aquello que fuese innecesario, llegando incluso por momentos a comprometer la integridad de sus automóviles, llegando a sufrir averías durante las competiciones que disputaban por ser demasiado frágiles. Aunque  la idea de crear automóviles lo más ligeros posible no era suya, Chapman lograría llevar este concepto hasta el límite, lo cual, unido a su inestimable ingenio para crear y llevar a cabo novedosas y eficaces soluciones técnicas, llevarían al éxito a Chapman, así como a una larga lista de criaturas que nacerían bajo su estricta mirada.

Antes de adelantar acontecimiento, comencemos por el principio, Anthony Colin Bruce Chapman nacería el 9 de Mayo de 1928 en el Railway Hotel de Hornsey en Londres, el cual era regentado por su padre. Desde su más tierna infancia sintió una especial atracción tanto por los automóviles como por los aviones. Lo que lo llevaría a estudiar ingeniería de estructuras en la University College de Londres y a unirse al University of London Air Squadron donde aprendería a pilotar un avión. Llegando a formar parte en 1948, de la RAF (Royal Air Force) en la cual permanecería durante un breve periodo de tiempo. Lamentablemente, no podría cumplir unos de sus sueños de infancia, que sería convertirse en uno de aquellos heroicos pilotos de guerra, puesto que cuando tuvo edad para ello, la guerra ya había terminado. Aunque seguiría fiel a su pasión por los aviones durante toda la vida, pues durante años poseería una avioneta privada con la que realizaría un sinfín de viajes.

Quizás una de sus facetas más importantes y a la postre definitiva para crear Lotus, sería la de piloto de carreras. Llevado por su pasión hacia las carreras y sus ansias de competir, lo motivarían para crear sus primeros automóviles en 1948. En los ratos libres que no estuviera trabajando para la British Aluminium Company o vendiendo coches usados, comenzaría a trabajar en sus primeros proyectos. El primero, seria creado utilizando la base de un viejo Austin Seven de 1930,  Este automóvil creado sobre la base de un viejo Austin Seven de 1930, de esta base, tan solo seria conservado el chasis, así como el tren motriz de origen. Colin Chapman diseñaría una nueva carrocería más ligera, modificaría el motor para obtener más potencia, así como unas nuevas suspensiones convenientemente adaptadas para poder competir en competiciones locales de trial, una modalidad de competición muy popular en la época. Con todos estos elementos, nacería el primer Lotus, conocimos como Mark I. A pesar de la indudable falta de medios, este primigenio automóvil que construía resulto ser un éxito, el primero de muchos otros que llegarían con el tiempo.

Los fondos y la experiencia obtenida con los éxitos del Lotus Mark I, Colin Chapman desarrollaría un nuevo modelo, el Lotus Mark II, para este automóvil, también tomaría la base del pequeño Austin Seven, puesto que era un coche barato y fácil de encontrar. Esta vez en lugar de utilizar el motor original, montaría sobre el chasis, una mecánica Ford, inicialmente este motor seria proveniente de un Ford 8 Hp, aunque posteriormente sería sustituido por la mecánica de un Ford 10 Hp, la cual resultaba más potente. De nuevo, el exterior estaría recubierto de una nueva y ligera carrocería de diseñado propio. Gracias a todos estos elementos, el nuevo Lotus Mark II se mostraría nuevamente competitivo en el mundo de las carreras, donde lograría un innumerable número de victorias.

Esos buenos resultados obtenidos, animaron a Chapman en seguir recorriendo el duro camino que suponía el mundo de la competición. Llevándolo a tener listo en enero de 1951, el nuevo Lotus Mark III. Este nuevo automóvil estaba pensado para competir en circuito, en lugar de trial donde la marca había iniciado su andadura. La competición a la que estaba destinado era en concreto en la 750 Motor Club formula. Este automóvil, sería el punto de inflexión para la marca, puesto que  se descubrió al mundo de la competición, un nuevo fabricante: Lotus. Esto se debía al simple hecho de que con Colin Chapman al volante, el Lotus Mark III ganaba constantemente cualquiera de las pruebas en las que tomara la salida, siendo claramente más rápido que cualquiera de sus rivales. Se trataba de un automóvil con unas características muy innovadoras que no solo destaco, sino que se convirtió la referencia de su categoría. Además de todo eso, el Lotus Mark III mostró al mundo lo que serían todas las características básicas de los futuros Lotus: ligero, pequeño y sencillo. 

En 1952 fundaría la Lotus Engineering Company con 25 libras esterlinas prestadas por su novia y posteriormente esposa, Hazel Williams, y con Michael Allen como socio. En este tiempo llegaría nuevos modelos como el Lotus Mark-IV, el cual venia a sustituir al viejo Mark III. Además se marcarían varios hitos en su historia, con el nacimiento del Lotus Mark VI, siendo el primer automóvil de «producción en serie», así como el primero pensado para un uso en la calle. Este modelo, además seria el antecesor de uno de los modelos más emblemáticos de la marca, el Lotus Seven. Presentado en 1957, este liviano deportivo creado sobre un chasis tubular recubierto por una fina carrocería de aluminio. Debido a sus características deportivas se convirtió en un gran éxito para la marca que lo mantuvo en producción hasta 1973 cuando Chapman decidió vender sus utillajes de producción a Caterham.

Paralelamente a su vida industrial en Lotus, seguía manteniendo vida su pasión por la competición, logrando numerosos éxitos en carreras, por supuesto siempre al volante de sus veloces creaciones. Lo cierto es que Chapman fue un magnifico piloto en todo tipo de pruebas, desde pruebas de sport, a Fórmula 2. Precisamente en esta modalidad, se proclamaría subcampeón británico al volante de un Lotus en 1956. Durante los años 50, participaría en diversas competiciones, destacando entre ellas, la participación en las 24 Horas de Le Mans, en concreto tomaría la salida en 1955, año de infausto recuerdo por el accidente del Mercedes-Benz 300 SLR de Pierre Levegh que causaría la muerte de 82 espectadores además del piloto. El modelo elegido para competir seria el nuevo Lotus Mark IX, su compañero de aventura, sería el joven piloto escocés Ron Flockhart. Lamentablemente para Chapman, no lograría terminar la carrera tras haber disputado 99 vueltas. Para la siguiente temporada volvería a intentarlo pero esta vez con el Lotus 11, y con un nuevo compañero, en este caso el norteamericano Herbert MacKay-Fraser. Esta vez tampoco lograría terminar la carrera, puesto que a falta de 3 horas para el final su motor diría basta tras 172 vueltas.

En 1957, estaba planeado competir de nuevo con el Lotus 11 pero no llegaría a comenzar la prueba, puesto que durante los entrenamientos sufriría una grave avería en la mecánica que no le permitiría tomar la salida del mítico circuito de la Sarthe. Intentaría una última vez para la temporada de 1959 pero jamás llegaría a volver competir en la mítica prueba francesa. Una de sus actuaciones internacionales más memorables, tendría lugar en 1957 en las 12 Horas de Sebring, cuando al volante de un Lotus 11, compartido con Joe Sheppard y Dick Dungan. Lograrían la victoria en su categoría, así como una meritoria decimoprimera plaza en la general, a pesar de competir con el más granado del automovilismo mundial. El siguiente año, participaría de nuevo en exigente prueba de resistencia norteamericana con un Lotus 11, junto al piloto de Cliff Allison. De nuevo obtendrían un resultado excelente terminando sexta posición de la general y segundo en su categoría.

También participaría en otras carreras de gran relevancia internacional, entre ellas en Tourist Trophy la mítica prueba celebrada en el circuito de Dundrod en Irlanda del Norte, donde en 1954, participaría con un Lotus Mark VIII aunque se vería obligado a abandonar debido a un accidente. Al año siguiente repetiría experiencia, esta vez tomado la salida con un Lotus Mark IX junto a Cliff Allisonen. En esta prueba lograrían una undécima posición en la categoría general y un segundo puesto en su categoría. Además habría que sumar el intento por participar en los 1.000 Km de Nürburgring en 1954, aunque lamentablemente no podría ser inscrito debido a una falta de experiencia previa en el infierno verde.

Su única incursión en el mundo de la Fórmula 1, este tendría lugar en el Grand Prix de l’ACF de 1956. Esta carrera se disputaría en el mítico trazado francés de Reims-Gueux. En esta ocasión Chapman pilotaría un Vanwall, marca de la que era consultor. Lamentablemente, tan solo logro disputar los entrenamientos oficiales, donde obtendría el quinto mejor tiempo. Desgraciadamente sufrió un accidente con su compañero Mike Hawthorn en Thillois dejando ambos automóviles seriamente dañados. Por mucho que los mecánicos intentaron reparar ambos coches, tan solo pudieron reparar uno, el de Hawthorn, quedándose así Chapman sin poder tomar la salida de un gran premio que se había iniciado de manera prometedora. Seria en 1959 cuando tendría lugar su despedida definitiva de la competición para dedicarse en cuerpo y alma, a su fábrica donde crearía algunos de los mejores deportivos de su tiempo. A pesar de la larga lista de participaciones en competiciones internaciones, Chapman nunca llegaría a ser reconocido internacionalmente como el buen piloto que era.

La aparición del Lotus 12, marcaria un nuevo hito en la historia de la marca, convirtiéndose en el primer monoplaza de Fórmula 2 con el que participaría en el mundial. Poco a poco, gracias a los esfuerzos redoblados, sus monoplazas comenzaron despuntar, cobrando una gran relevancia. Estos ligeros y espartanos automóviles, se ganarían un inmenso prestigio internacional en todas las carreras que se disputaban a lo largo del planeta. Logrando obtener su primera victoria en el Gran Premio de Mónaco de 1960, donde el legendario piloto Stirling Moss, llevaría al Lotus XVIII Coventry Climax, a obtener su primera victoria en la Formula 1. Esta sería la primera de una larga lista de victorias de Lotus en Fórmula 1, aunque esta victoria, seria obtenida por un equipo privado. Para la primera victoria del equipo oficial: Team Lotus, se haría esperar hasta 1961 cuando Innes Ireland vencería en el Gran Premio de Estados Unidos celebrado en Watkins Glen.

A lo largo de los años, Colin Chapman demostraría una gran audacia, en primer rodeándose de los mejores colaboradores posibles, entre ellos destacan los talentosos ingenieros Mike Costin, Keith Duckworth, los creadores Cosworth o los mejores pilotos de la época como Jim Clark, Graham Hill, Stirling Moss o Ayrton Senna. Además hay que sumar su visión innovadora, le permitió introducir y renovar conceptos como el chasis de viga central, el chasis tubular, el bastidor monocasco, la carrocería de fibra de vidrio, el motor portante, los implementos aerodinámicos, el efecto suelo, la suspensión activa, la introducción de la tracción a las cuatro ruedas, amén de otras muchas innovaciones. Otro apartado, en el que Collin Chapman seria pionero, fue en la venta de la de espacios publicitario en los monoplazas de Gran Premio a los sponsors, inaugurando así en 1968 una nueva etapa en la fórmula 1, lo que traería la desaparición de los ya tradicionales colores nacionales que había pintado los coches desde principio de siglo.

Seria en 1962, cuando el piloto norteamericano Dan Gurney invitaría a Colin Chapman a míticas 500 Millas de Indianápolis, con la intención de convencerle para crear un automóvil de competición capaz de ganar en la famosa “brickyard”. Para ello Chapman ideo un nuevo monoplaza, el Lotus 29. Para este ligero monoplaza de motor central, Ford modificaría convenientemente el nuevo motor V8 del Ford Fairlane. Con estas modificaciones, se obtenían 375 cv y a 7.200 rpm. Con el Lotus 29, Chapman seguía así los pasos de Jack Brabham, que había sido noveno en la Indy 500 en 1961 con un pequeño Cooper-Climax. Con ese monoplaza,  Jim Clark estuvo a punto de ganar la carrera de 1963, donde termino en segunda posición tras Parnelli Jones. Al año siguiente, se tomaría la revancha, pues Clark ganaría la carrera al volante del Lotus 38, de nuevo motorizado por un V8 de origen Ford. Este automóvil también marcaria un hito al convertirse en el primer automóvil de motor central en ganar las 500 millas de Indianápolis.

Con la entrada de los años 60, se iniciaría el periodo de mayor esplender del equipo en Fórmula 1. El Lotus 25 pilotado por Jim Clark, formarían un binomio intratables ganado siete de las diez carreras disputadas. Esto le reportaría al Team Lotus su primer campeonato de constructores, además del primer título mundial para Jim Clark en 1963. Los éxitos continuarían en los años siguientes, en 1964 obtendría un tercer puesto en el campeonato del mundo de pilotos y de conductores, teniendo más suerte la siguiente temporada, con  la consecución de un nuevo de los títulos mundiales de constructores y de pilotos de nuevo con Clark.

Posteriormente, nacería uno de los grandes hitos de la compañía, el Lotus 49, esta sería una de las obras maestras de Colin Chapman. Con este monoplaza, Lotus ganaría los títulos mundial de de constructores y pilotos en 1968 y  ayudaría a la consecución del título de constructores de 1970 y al obtención del título de campeón del mundo del malogrado Johan Rindt, el único campeón del mundo a titulo póstumo, tras su muerte en un accidente en el Gran Premio de Italia celebrado en el icónico circuito de Monza. El éxito de este monoplaza se debía en gran medida al célebre motor Cosworth DFV, este motor V8  fue creado por Keith Duckworth y Mike Costin. Esta mecánica, lograría un éxito arrollador en competición, como demuestra que en los muchos años en la competición, lograría la asombrosa cifra de 108 victorias en Grandes Premios. Además de esto, lograría ganar las 24 Horas de Le Mans en dos ocasiones e innumerables victorias en otras categorías a lo largo del planeta.

Paralelamente a toda esta frenética actividad deportiva, también se vería una importante actividad en la producción de automóviles de calle. En esos años nacerían productos icónicos de la marca británica. El primero de ellos, sería un automóvil que marcarían un antes y un después del Lotus Elite. Un automóvil que asombro al mundo con su chasis monocasco de plástico reforzado y fibra de vidrio (GFRP), una mecánica cuatro cilindros en línea de 1216 cc de aluminio procedente del especialista Coventry Climax. Montaba suspensiones independientes en ambos ejes, frenos de disco o una preciosa y aerodinámica carrocería. Luego llegarían otros automóviles exitosos como el Lotus Elan, Cortina, Europa, Elite o el célebre Esprit, mundialmente conocido por la película de James Bond. Todos ellos nacidos bajo la atenta mirada de Colin Chapman, siguiendo su idea ligereza, simplicidad y deportividad que caracterizan sus automóviles.

A lo largo de su vida, no todo seria éxitos, sino que también se vería salpicada por algunas tragedias. Principalmente centradas en la fragilidad de sus automóviles de competición en caso de accidente. Mucha gente le achacaba la responsabilidad de los fatales accidentes de pilotos como I. Ireland, S. Moss, J. Clark, J. Rindt, o R. Peterson. Algunos de ellos fallecerían a causa de accidentes al volante de vehículos diseñados por Colin Chapman. A estos vehículos se les acusaba una falta de rigidez estructural debido de su ligereza máxima. Sin embargo, la causa de muchos de estos accidentes se no podía achacar a un error de diseño, de Chapman, sino a fatales casualidades. Todas estas muertes le afligirían profundamente, en particular la perdida de Jim Clark le causaría una profunda depresión debido a la especial relación que les unía, puesto que siempre estaban juntos, para lo bueno y para lo mal, compartiendo miles de confidencias y felicitaciones mutuas, hasta el punto de Chapman le consideraba como el piloto ideal para sus Lotus.

Con el paso de los años, lograría obtener nuevos títulos mundiales, llegando a sumar siete campeonatos mundiales de constructores y otros seis de campeonatos del mundo de pilotos. Lamentablemente, poco a poco iría perdiendo peso en el mundial. La última victoria celebrada por Colin Chapman, seria en el Gran Premio de Austria 1982. Esta victoria llegaría de forma completamente inesperada tras una sequia de cuatro años sin vencer. Seria gracias a un inspirado Elio de Angelis al volante de un Lotus 91. Gracias a lo cual Colin Chapman celebraría por enésima vez a su manera habitual: con un salto en la línea de boxes o arrojando su gorra al aire. Lamentablemente, tan solo 4 meses después, el jueves 16 de Diciembre de 1982, fallecería debido a un fallo cardíaco, dejándonos para siempre este el genial ingeniero ingles. El equipo de competición, continuaría compitiendo consumándose las últimas victorias en los años 1986 y 1987 de la mano de Ayrton Senna, hasta desaparecer de la Formula 1 en 1994, aunque eso nunca llegaría a ser visto por el genial Colin Chapman.

Con su prematura muerte con tan solo 54 años, posiblemente nos privo de poder ver alguna que otra genial idea, pero dejándonos un legado que perdura todavía inalterado en los Lotus actuales, aunque lejos de todo lo llevarían a obtener el reconocimiento internacional.