Hoy queremos acercaros la historia de Ronnie Peterson, un piloto nórdico que, destacó en el mundo de la Fórmula 1 en los años setenta, al contrario de lo habitual, que sería en el mundo de los rallyes. Ronnie Peterson fue uno de los grandes héroes con un estilo de pilotaje de otra época y un verdadero caballero del volante apreciado por todos. Cabe resaltar que Peterson demostró su talento en muchas disciplinas automovilísticas diferentes, tan solo su precipitada muerte le impidió hacerse con un ansiado título.

Bengt Ronnie Peterson nació el 14 de febrero de 1944 en Örebro, en el barrio de Almby, Suecia. Su padre Bengt Peterson, era un ingeniero que trabajaba en trabajaba en una panadería industrial, pero era un gran aficionado al motor, llegando a disputar carreras. Esta pasión por los deportes del motor y la velocidad, la heredaría el pequeño Ronnie Peterson que comenzaría a verse inmerso en ese mundo desde muy joven.

Su debut en competición, seria en 1959 comenzando un fulgurante ascenso en el mundo de la competición, puesto que después de conseguir tres títulos nacionales y un título europeo de karting, paso directamente a la Formula III en 1966, primero con el Svebe, un chasis construido, por su padre, e inspirado en el Brabham. La siguiente temporada ya dispone de un Formula III de Brabham con el que disputa algunas pruebas internacionales y logra el quinto puesto en el campeonato de Suecia. Gracias a sus buenos resultados en 1967, pasa a correr con Tecno en la Fórmula III. Durante esta nueva etapa, logra el campeonato sueco de Fórmula III, además de adjudicarse la victoria en Hockenheim.

En 1969, su magnífica victoria en el Gran Premio de Fórmula III le lanzo a la escena internacional. Después de unas cuantas carreras en Formula II al volante del Tecno de fábrica. Antes de debutar en la Fórmula 1, piloto en diversas pruebas, un Lola T70 que le prestaba su compatriota Jo Bonnier. Gracias a sus buenas actuaciones, la recién creada escudería de F1 March se fijo en él para uno de sus monoplazas. Sin embargo, sus primeros pasos en esta disciplina se torcieron cuando, en el último momento, March optó por Jo Siffert para su escudería oficial y le coloco a él en la escudería Antique Automobile, que hacia competir monoplazas March de manera no oficial.

Su debut en Fórmula 1, sería en el Gran Premio de Mónaco de 1970, al volante de un March 701. El comienzo, no podría ser más prometedor, pues lograría obtener la séptima posición, quedándose a las puertas de los puntos. Continuaría disputando con la escudería Colin Crabbe Racing, diversas carreras sin obtener resultados reseñables. A pesar de esto, su estilo impactante y generoso hizo que March le integrara en su escudería oficial para la siguiente temporada.

En 1971, se consumaría su primera gran temporada en la Fórmula 1, al volante de un March 711. Su primer gran resultado en Fórmula 1, seria en el Gran Premio de Mónaco, donde obtendría una segunda posición tan solo por detrás de Jackie Stewart, consumándose así su primer pódium en Fórmula 1. Esa temporada sumaria otros tres segundos puestos en los Grandes Premios de Gran Bretaña, Italia y Canadá. Para cerrarla con un tercer puesto en el Gran Premio de Estados Unidos. Todos estos buenos resultados, le servirían para proclamarse subcampeón de Mundo de Fórmula 1, en la que únicamente el genial Jackie Stewart consiguió dominar el ímpetu del joven Ronnie Peterson. Paralelamente se proclamaría campeón del Campeonato Europeo de Formula II, además de lograr algunas victorias en carreras de Sport, como en los 1.000 Km de Barcelona, disputados en Montjuïc.

La temporada siguiente, compartiría equipo con Niki Lauda. Lamentablemente la temporada resultaría frustrante, en gran medida debido al pésimo rendimiento March 721, que sufriría hasta tres evoluciones diferentes a lo largo de la temporada en busca de mejorar. En el global de la temporada, tan solo se salvaría el Gran Premio de Alemania, donde gracias a su inmenso talento, Ronnie Peterson lograría obtener un tercer puesto en el exigente Nürburgring. Este resultado le permitiría terminar el campeonato del mundo en noveno lugar, con doce puntos. Durante ese año, correría como piloto oficial de Ferrari en el Mundial de Sport, donde obtuvo grandes resultados como la victoria en los 1.000 Km de Nürburgring y los 1.000 Km de Buenos Aires. Además de lograr diversos pódiums en circuitos tan importantes como Brands Hatch o Monza.

Ronnie Peterson, toma la determinación de abandonar March, para recalar la temporada de 1973 en todopoderosa Lotus, que en aquel momento era la vigente campeona. En su nueva escudería, le ayudo a consolidarse como uno de los mejores pilotos de la categoría, permitiéndole competir de igual a igual con su compañero de equipo Emmerson Fittipaldi, vigente campeón del  mundo. Comenzaría la temporada con sabor agridulce pues lograría tres pole position en las cinco primeras carreras, aunque consumaría también cuatro abandonos. El primer gran resultado llegaría en el Gran Premio de Mónaco donde lograría su primer podio con el Lotus 72, al terminar en tercer lugar. Tras esto encadenaría otra gran actuación en el Gran Premio de Suecia, donde terminaría en segunda posición tan solo por detrás de Denny Hulme que le arrebataría su primer triunfo en las últimas vueltas.

El anhelado primer triunfo, tan solo se haría esperar unas semanas, pues en el Gran Premio de Francia, Ronnie Peterson se impondría con rotundidad en el circuito Paul Ricard. A esto habría que sumar otro segundo puesto en el Gran Premio de Gran Bretaña. Sumaria otros dos triunfos en los Grandes Premios de Austria e Italia y Estados Unidos. Al final de temporada, tan solo la falta de regularidad le impide competir por el campeonato del mundo con Jackie Stewart, teniendo que conformarse con la tercera posición final.

Para 1974, Ronnie Peterson, se convierte en el primer piloto de Lotus tras la marcha de  E. Fitipaldi a McLaren. El comienzo de la temporada al volante del viejo Lotus 72, no sería demasiado bueno. Las cosas no mejorarían con el debut del Lotus 76, que resultaría un completo fracaso, tanto para Ronnie Peterson como para su compañero de equipo Jacky Ickx. Esto llevaría a Lotus a tomar la decisión de volver a utilizar el viejo Lotus 72. Esta medida resultaría de lo más acertada, pues Ronnie Peterson lograría adjudicarse la victoria en los Grandes Premios de Mónaco, Francia e Italia,  además de una tercera posición en el Gran Premio de Canadá. Además, esa temporada disputaría diversas pruebas a bordo de un BMW 3.0 CSL de BMW Motorsport como las 6 Horas de Nürburgring, sin demasiada fortuna.

Lamentablemente Lotus pasaba por horas bajas y la temporada de 1975 seria nefasta para Ronnie Peterson, que se encontraría de nuevo disputando el mundial con el viejo Lotus 72. Durante esa temporada, consumaría abandono tras abandono, tan solo en el Gran Premio de Mónaco lograría obtener una cuarta posición, en gran medida gracias a su inmenso talento. Con estos medios nada podría hacer en un mundial dominado por Niki Lauda y su Ferrari. Debido al gran desastre de la temporada, Ronnie Peterson decide abandonar Lotus, pero Colin Chapman logra convencerlo de quedarse con la promesa de que el nuevo Lotus 77, resultaría competitivo de nuevo. Durante este tiempo, continuaría compitiendo con BMW, al volante de un BMW 3.0 CSL, lograría una fantástica segunda posición en los 1.000 Km de Kyalami.

Lamentablemente su andadura con el Lotus 77, sería muy corta pues tan solo disputaría el primer gran premio de la temporada, que se saldaría con un abandono. Tras esto dejaría Lotus para volver a recalar en March con la intención de retomar fuerzas. Al volante del March 761, un monoplaza que no resultaría demasiado fiable, consumaría una larga lista de abandonos, pero a pesar de todos los escollos la genialidad de Ronnie Peterson saldría a relucir en el Gran Premio de Italia, donde lograría una ajustada victoria por delante de Clay Regazzoni y su Ferrari. Lo que sí continuaría, sería su vinculación con BMW Motorsport, donde seguiría compitiendo con el icónico BMW 3.5 CSL.

Visto la poca competitividad de March, para la siguiente temporada, se deja tentar por Ken Tyrrel. En aquel momento contaba con el revolucionario Tyrrell P34 de seis ruedas, desgraciadamente para Ronnie Peterson, las modificaciones introducidas para esa temporada provocarían la pérdida de competitividad, logrando unos resultados discretos donde sobresale el tercer puesto logrado en el Gran Premio de Bélgica, donde de nuevo lograría demostrar sus grandes dotes como piloto. Como no podía ser diferente, seguiría disputando diversas competiciones de la mano de BMW, esta vez al volante de un BMW 320.

Mientras tanto Lotus, había sabido encontrar el camino del éxito  con sus revolucionarios Lotus 78 y Lotus 79 de efecto suelo. Colin Chapman, sabiendo de su talento natural, decide reincorporarlo a su escudería, donde se reencontraría su ex compañero de equipo Mario Andretti. Gracias al excepcional rendimiento de Lotus, en poco tiempo Ronnie Peterson saboreaba de nuevo la victoria. Esta llegaría en el tercer Gran Premio de la temporada, disputado en Sudáfrica al volante del Lotus 78. La buena racha, continuaría con la obtención de la segunda posición en el Gran Premio de Bélgica.

Con el estreno del Lotus 79, continuarían la senda del éxito. En su primera carrera al volante del Lotus 79, lograría un segundo puesto en el Gran Premio de España. Tras esto seguiría la senda del éxito con un nuevo pódium, en el Gran Premio de Suecia donde terminaría en tercer lugar y un segundo puesto en el Gran Premio de Francia. La racha se rompería encadenando dos abandonos consecutivos en los Grandes Premios de Gran Bretaña y Alemania debido a sendas averías. Recuperaría la senda de la victoria en el Gran Premio de Austria, que ganaría con autoridad por delante de Patrick Depailler. En el Gran Premio de Bélgica, lograría la segunda posición por detrás de su compañero de equipo, Mario Andretti.  

Tras esta carrera, el titulo de campeón del mundo se lo jugarían entre ambos, con el final de la temporada acechando y con muy pocos puntos entre ambos. Por fin, Ronnie Peterson podría haberse proclamado Campeón del Mundo, pero el destino y la muerte decidieron otra cosa  en el Gran Premio de Italia, irónicamente su circuito talismán. Como un mal presagio, Ronnie Peterson sufriría un accidente en los entrenamientos que dañaría seriamente su Lotus 79, lo que provocaría que tuviese que disputar la carrera con un viejo Lotus 78.

Durante la salida del Gran Premio, se produciría un accidente masivo, donde James Hunt colisionó contra Ronnie Peterson, además de Riccardo Patrese, Vittorio Brambilla, Hans-Joachim Stuck, Patrick Depailler, Didier Pironi, Derek Daly, Clay Regazzoni y Brett Lunger desencadenando una impresionante montonera. El Lotus de Ronnie Peterson terminó chocando contra las barreras, empezando a arder. Gracias a la rápida actuación de James Hunt, Clay Regazzoni y Patrick Depailler, que lograron sacarlo del amasijo de hierros y dejaron, consciente, en medio de la pista, con sus piernas severamente lesionadas a la vista de todos.

Todos los pilotos malheridos fueron trasladados al hospital de Milán. Una vez allí, Ronnie Peterson seria examinado por los médicos, encontrando diecisiete fracturas en una pierna y tres en la otra. Debido al gran numero de fracturas, los cirujanos decidieron operarlo para recomponer los huesos. Tras la operación, su vida no parecía peligrar, desafortunadamente, aquella misma noche Ronnie Peterson, experimentó una severa complicación relacionada a las fracturas múltiples, denominada embolia grasa, la cual a su vez le produjo un fallo de múltiples órganos. Tan solo unas pocas horas después, fue declarado oficialmente muerto aquel 11 de septiembre de 1978, apagándose para siempre su rutilante estrella.

Este piloto, de estilo clásico, perdió la vida al volante buscando los límites de su monoplaza. Al igual que otras muchas leyendas del automovilismo, murió antes de tiempo, dejando ante sí un legado en todos los amantes de dicho deporte. Nunca llegó a obtener un título mundial que ratificase su inmenso talento, siendo, como tantos otros, un rey nunca coronado.