Aprovechando el fuerte resurgir del histórico fabricante de Arese. Traemos a Motor Historia, la peculiar historia del Alfa Romeo Montreal, un precioso cupé firmado por el genial carrocero italiano Bertone y que debe su nombre a la Exposición Universal, celebrada en Montreal, Canadá.

Debido al centenario de la Federación Canadiense, se celebro la Exposición Universal de Montreal, en 1967. En esta exposición, todas los países del mundo participarían para exponer de los mayores avances en la ciencia y la tecnología. En esta exposición, Alfa Romeo sería el único fabricante de automóviles invitado, para la ocasión se fabricante italiano, presentaría un espectacular prototipo, definido por el propio fabricante como “La massima aspirazione dell’uomo en fatto di Automobili” o lo que vendría siendo “La mayor aspiración del hombre acerca del automóvil”.

Originalmente, el prototipo se mostró al público sin ningún tipo de denominación, por lo que fue bautizado por el público como “Montreal”. Para la creación de este bello automóvil, se tomaría como base el chasis del Alfa Romeo Giulia Sprint GT, que pasaría por las manos de los habilidosos artesanos de Bertone, que darían forma a las sensuales líneas trazadas por el famoso diseñador italiano Marcello Gandini, creador de otros bellos automóviles como el Lamborghini Miura. El apartado mecánico, también se utilizarían componentes preexistentes, en este caso el célebre motor cuatro cilindros en línea de 1.570 cc procedente del Alfa Romeo Giulia Ti.

En un primer momento, la intención de Alfa Romeo era de utilizar este prototipo como una operación de imagen, para dar a conocer al mundo entero tanto la marca como sus productos. Así debería haber permanecido como una muestra del diseño, que recorrería diversos salones del mundo, para después ser guardado en el museo de la empresa. De no haber sido por la gran expectación que despertaría en el público asistente, llevando a plantearse al fabricante italiano la producción del modelo en serie.

El desarrollo de un modelo de producción, no sería un proceso simple, puesto que se tardarían cerca de 3 años en presentarse un modelo bastante diferente del presentado inicialmente en Montreal. La adaptación de las formas del prototipo diseñado por Marcello Gandini, resulto más complejo de lo esperado, especialmente después de adoptar la decisión de incorporar un motor V8, en detrimento del motor cuatro cilindros que montaban los prototipos expuestos en la Exposición de Montreal. Esto llevaría a tener que modificar completamente el diseño del frontal. Debido a las tomas de aire tras las puertas, hacían pensar que el Alfa Romeo Montreal contaba con un motor en posición central, pero en realidad el motor era delantero en posición transversal. Con esto la distribución de peso era de un 60% en la parte delantera y un 40% en la parte trasera.

La versión de producción del Alfa Romeo Montreal, denominado internamente como “Tipo 105.64”, se mostró al público en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1970 resultando muy diferente del modelo original sobretodo en el apartado técnico. Estéticamente el diseño de M. Gandini, era similar al presentado en Montreal, conservando algunos detalles del prototipo como el frontal con los faros circulares parcialmente cubiertos por unas inusuales «rejillas», que se escondían al encenderlas. Otro detalle que se conservaba, eran las entradas de aire tras las puertas traseras, sirven para la entrada de aire fresco al habitáculo, pero aparte de eso solo tienen fines estéticos. Pero debido  a la incorporación del motor V8, el frontal se vería ampliamente modificado, incorporando detalles como una toma de aire tipo “NACA” sobre el capó. Esta solución, no sería técnica puesto que el conducto estaba cerrado, sino estética pues servía para ocultar el aumento de altura para dar cabida a la nueva mecánica.

Bajo el escultural diseño de Bertone, se escondería el chasis del Alfa Romeo Giulia GTV, tomando también sus suspensiones y el tren motriz. Con el tiempo se demostraría poco eficaz para las prestaciones del Montreal. Motorizado con una versión domesticada del V8 del Alfa Romeo Tipo 33 de competición, con la cilindrada aumentada hasta los 2.593 cc. Esta variante producía solo 197 Cv a 6.500 rpm en lugar de los 270 cv a 9.600 rpm que ofrecía en la versión de competición, pero que se convertía en mas utilizable y de mayor suavidad para utilizar en carretera. El motor contaba con lubricación por cárter seco, un sistema de inyección SPICA (Società Pompe Iniezione Cassani & Affini), una caja de cambios manual de cinco velocidades de origen ZF o un diferencial de deslizamiento limitado. También montaba frenos de discos Girling en las cuatro ruedas.

El diseño del interior, se caracterizaba por ser elegante a la par que deportivo, muy característico de los automóviles italianos de la época. Destacaban los bonitos y cómodos asientos delanteros y unos reducidos asientos traseros que tan solo aptos para niños o como espacio de almacenamiento extra. Pero lo más llamativo, era el diseño de su salpicadero, donde sobresalían una instrumentación muy completa, albergada dentro de dos grandes esferas, una con el velocímetro rodeado de otros indicadores más pequeños que eran un amperímetro, el aforador de la gasolina, un reloj horario así como tres pequeños testigos. La otra esfera contenía el tacómetro, así como los indicadores de temperatura del agua,  del aceite, un manómetro de la presión del aceite y también otros tres pequeños testigos. En el centro del salpicadero, se ubicaba la radio, estando justo debajo una fila que albergaba diversos interruptores.

El Alfa Romeo Montreal, fue concebido como un automóvil rápido y cómodo que ofrecía como opciones poder montar elevalunas eléctricos, pintura metálica o aire acondicionado. A pesar de no ser un  deportivo de altos vuelos, contaba con unas prestaciones más que respetables para la época, con una velocidad punta de 224 Km/h, una aceleración de 0-100 Km/h en 7 segundos. Lamentablemente en una conducción deportiva, el chasis resultaba ser insuficiente para contener todo el potencial del Alfa Romeo Montreal.

A pesar de que nunca fue pensado para la competición, Autodelta realizo una variante para competir con el Grupo 4 a fines de 1972. Siendo presentado en el London Racing Car Show en enero de 1973. La versión Autodelta tenía un motor de 2.997 cc con una potencia de unos 370 Cv a 9000 rpm. Esta unidad seria vendida a Alfa Romeo Alemania para ser utilizado en el DRM (Deutsche Rennsport Meisterschaft). Comenzaría a correr mayo de 1973, con el equipo de Dieter Gleich, quien también sería su piloto. El Alfa Romeo Montreal,  también competiría en los Estados Unidos, pero sin lograr ningún tipo de éxito. Sin ningún tipo de desarrollo, la versión de competición, se quedaría rápidamente obsoleta por la falta de desarrollo.

La producción, era relativamente compleja pues se dividió entre la fábrica de Alfa Romeo en Arese y las instalaciones Carrozzeria Bertone. Inicialmente, se producían los chasis en Arese, que eran enviados a Bertone donde era dotado de su bella carrocería. Posteriormente era enviado a otras instalaciones de Bertone para ser pintado a mano y donde se montaba el interior. En una última etapa, era devuelto a Arese para que instalara el motor y demás componentes mecánicos.

El Alfa Romeo Montreal, no tuvo el éxito esperado de Alfa Romeo debido a dos factores. El primero, era un precio de venta elevando, siendo mayor que el de un Porsche 911 o un Jaguar E-Type. El segundo factor, sería el contexto económico, que le afectaría de igual modo que otros automóviles contemporáneos que se vieron inmersos en la crisis petrolera. La producción se extendiendo hasta 1977 aunque continuaría la venta de las últimas unidades que todavía estaba en stock. En total, se construirían relativamente pocas unidades, exactamente 3.925 unidades.

Todo esto provoca, que a día de hoy el Alfa Romeo Montreal, sea un automóvil realmente difícil de ver pues las unidades que han llegado hasta nuestros días se encuentran en su gran mayoría entre los aficionados a la marca de Arese, que saben apreciar sus grandes cualidades a pesar de sus defectos.

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