A pesar de tratarse de un automóvil desconocido entre el gran público, el Invicta S-Type en su epoca podría ser considerado como un serio competidor para vehiculos de la categoria del Bentley 4 ½ Litros. El S-Type tenía la fiabilidad y el rendimiento de su coetáneo, además de mostrarse como un automóvil de carreras competitivo, ganando incluso prestigiosas carreras, como el Rally de Montecarlo.

Pero antes de meternos en profundidad en el S-Type, trataremos la breve pero intensa historia de esta desconocida marca de automóviles británicos. Para ello tendremos que retroceder hasta 1924, cuando Noel Macklin funda la compañía, gracias a la financiación de Oliver Lyle, con la intención de fabricar automóviles de lujo que combinasen el lujo británico con las prestaciones y fiabilidad de los automóviles norteamericanos. En un principio, los talleres de la marca fueron instalados en el garaje particular de la casa familiar del propio Noel Macklin en Cobham, Surrey.

En 1924 saldría el primer prototipo de la compañía, el cual fue construido sobre un chasis Bayliss-Thomas, asociado a un motor Coventry Climax, que posteriormente sería considerado como poco apto para su producción en serie, siendo sustituido por un motor de origen Meadows. Ya para 1925 lanzaría su primer modelo, el Invicta 2 ½ Litros, que montaría un motor 6 cilindros en línea de la marca Meadows, acoplado a una caja de cambios de cuatro velocidades. Dicho motor se convertiría en una seña de identidad de la marca a lo largo de su historia. Este modelo estaría disponible en dos batallas diferentes, una llamada SC de 2,8 metros; y LC, de 3 metros. A lo largo de los años que estuvo en producción, el Invicta 2 ½ Litros recibiría mejoras paulatinamente. Estas mejoras comenzaron en 1926, cuando su motor recibió una nueva puesta a punto, acompañado de un incremento de cilindrada hasta los 3 Litros, dando lugar, así, al Invicta 3 Litros. Este modelo se vería inalterado hasta que en 1928 recibió una nueva actualización: un nuevo incremento de cilindrada, dejándola en un total de 4 ½ Litros. Este modelo sería posteriormente tomado como base para la creación de nuestro protagonista, el Invicta S-Type, del que hablaremos en profundidad más adelante.

Ante la demanda de vehículos más pequeños, en 1932 nacería el Invicta L-type, equipado con un motor Blackburne de tan solo 1,5 litros. Éste pasaría a la historia por ser el último modelo de la marca, antes de que ésta cesara prácticamente su producción en 1935, aunque todavía se produciría alguna unidad a cuentagotas hasta 1938. Tras la guerra, en 1946, habría un intento de reflotar la compañía, pero esta aventura seria breve puesto en 1950 cesaría definitivamente su producción. Posteriormente, habría dos intentos de resurrección de la marca a manos de entusiastas de la misma, pero ambos terminarían fracasando.

Centrándonos ya en el Invicta S-Type, empezamos comentando que tiene su origen en el Invicta 4 ½ Litros, el cual fue presentado en 1929 y diseñado por William Watson. Se trataba de un modelo equipado con el motor 6 cilindros en línea Meadows de 4’5 Litros. Estaba disponible en dos batallas diferentes: la batalla corta de 2.997 mm (SSC), conocido como A-Type; y la 3200 mm (LC), conocido como B-Type. Sin olvidarnos, también, de la versión más lujosa del modelo, la HLC, que costaba la friolera cantidad de 1.800 libras, de la época. Fue en 1930, cuando se presentó en el Salón de Londres una nueva variante del modelo 4 ½ litros, el modelo del que hoy hablamos, el Invicta S-Type. Las principales características del S-Type eran su potente motor Meadows de 6 cilindros en línea, un motor de carrera larga y cuadrado que proporcionaba un gran par, un rendimiento flexible, y unos cambios fluídos.

Entre sus características más reseñables, cabe resaltar que tanto el cigüeñal como la culata eran de aleación, contando con dos válvulas en cabeza por cilindro actuadas mediante empujadores. Además de tener dos bujías por cilindros y cada cual contaba con su propio sistema de encendido. Contando, además, con una caja de cambios de 4 velocidades. Con estas características el motor desarrollaba una potencia de 115 cv a 3.200 rpm, una considerada cifra para la época. Aunque popularmente era conocido como 100 Mph (160 Km/h), tan solo podía alcanzar unos nada despreciables 90 Mph (144 Km/h). Posteriormente el motor se potenciaría hasta los 140 cv, con lo que se pudo alcanzar la mágica cifra de 100 Mph, o lo que es lo mismo, unos increíbles 160 Km/h.

Otro de los apartados más destacables del S-Type era su chasis de travesaños, el cual, a pasar de ser tremendamente robusto, también era flexible. El S-Type era más bajo que el modelo estándar debido a que los travesaños del chasis iban situados por debajo del eje trasero. De la suspensión, tanto delantera como trasera, se encargan muelles de lámina semielípticos y amortiguadores de fricción, los cuales podían ser ajustados desde el puesto de conducción. El chasis bajo, la carrocería ligera o una dirección muy dura hicieron del invicta un coche difícil de conducir e incómodo, pero con una asombrosa habilidad para tomar curvas a velocidades realmente altas, aspecto por el cual, para los años treinta le hizo ser un muy buen coche de competición. Algunos críticos dicen que los modelos Invicta incitaban a los conductores a un comportamiento peligroso debido a su falta de agarre, por sus estrechos neumáticos, puesto que requieren una conducción hábil, pero los grandes éxitos obtenidos desmienten estos recelos.

Este excelente y rápido automóvil británico obtuvo unos notables éxitos deportivos. Resultó ganador del mítico rally de Montecarlo, en 1931, con el famoso piloto Donald Healey; además de resultar segundo clasificado en la edición de 1932. También, en la Carrera Internacional de los Alpes de 1932, sería el ganador de tres de las copas disputadas. El salto a la fama del Invicta S-Type llegaría de la mano del piloto Raymond Mays, el cual establecería los récord de la mítica pista británica de Brooklands, tanto en 1931, como en 1932. Dicho éxito fue debido a un motor mucho más potente del que se obtenian unos 160 cv a 3.800 rpm, convirtiendo al Invicta en un coche imbatible en las carreras de montaña y en uno de los más rápidos de la famosa pista de Brooklands, pudiendo competir sin problemas con el todopoderoso Bentley 4 ½ Litros. Un hito histórico del que no nos podemos olvidar es del logro de Violette Cordery, la primera mujer en ganar el «Dewar Thophy» de regularidad en 1929 y 1931, con un Invicta S-Type.

El viaje del Invicta S-Type llegaría a su fin en 1934, año en el cual tan solo se fabricaron 76 unidades, debido a unas ventas muy bajas, de las cuales se estima que sobreviven todavía unas 56 unidades. Esto provocaría la decisión de N. Mackling de vender la empresa y emprender una nueva aventura con la creación de la marca Railton. A pesar de esto, la marca renacería de la mano Earl Fitzwilliam, quien daría alas a la empresa en 1946 con el lanzamiento del Invicta Black Prince, pero esto es otra historia diferente. En resumidas cuentas, el Invicta S-Type, es uno de los máximos exponentes de aquellos veloces y ligeros automóviles de comienzos de los años treinta, que aunaba una conducción grácil y delicada, que tan estimada era entre los conductores y pilotos de la época.