La historia que os trataremos hoy, es el sueño de Preston Tucker, un hombre que intentaría competir con el “Big Three” de Detroit. Para ello crearía un automóvil completamente innovador, el Tucker 48 que hubiese revolucionado el mercado. Este nacería con una innovadora concepción tanto en diseño como en seguridad. Desgraciadamente, debido a problemas con las legislaciones norteamericanas, este sueño llegaría a su fin cuando apenas había empezado a despegar.
Para entender el nacimiento de Tucker, antes tendremos que situarnos en un contexto histórico marcado por el entusiasmo provocado por el fin de la Segunda Guerra Mundial. Debido al gran esfuerzo bélico al que se vería sometidos los fabricantes de automóviles, sus productos apenas habían evolucionado, a lo largo de esos años. Siendo todos los automóviles producidos en aquel momento modelos desarrollados antes de la guerra. Esta situación, seria vista por algunos entre ellos el propio Preston Tucker, de crear una marca con la que desarrollar nuevos modelos con una innovadora visión.
Preston Tucker, era un empresario con amplia experiencia en el sector, que veía en aquel contexto una oportunidad única. Con grandes esfuerzos, logro obtener los fondos necesarios para comenzar su sueño y crear la Tucker Corporation. Gracias al capital obtenido de diversos inversores, se comenzaría a gestar la empresa con el desarrollo de su primer automóvil, con un ambicioso pliego de condiciones. El prototipo debería contar con motor trasero con bloque de aluminio, refrigeración por agua y un sistema de inyección de gasolina. Además de contar con suspensión independiente en ambos ejes o frenos de disco en las cuatro ruedas.
Inicialmente el diseño del nuevo automóvil, correría a cargo de George Lawson que desarrollaría las líneas maestras. Este diseño aparecería publicado en el nº12 de la revista Science Illustrated, en un artículo titulado “Torpedo sobre ruedas”. A pesar de que estés bocetos no era más que una muestra de la propuesta de su automóvil, además de una muestra de las características de su diseño, pero este artículo ayudaría a dar a conocer la recién creada Tucker. A finales de 1946, entro en acción el reputado diseñador Alex Tremulis que había trabajado para Cord o Duesenberg. El genial diseñador afinaría el diseño en tan solo con unos días pues el 31 de diciembre de 1946, Preston Tucker aprobaría el diseño preliminar para la producción.
El Futuro modelo seria conocido inicialmente como Tucker Torpedo, pero con la guerra todavía reciente en las retinas de los norteamericanos, astutamente se cambio la denominación del modelo a Tucker 48, un automóvil que debería ser totalmente revolucionario y que dejara obsoleta a la competencia. La Tucker Corporation, buscaría un lugar donde poder construir sus automóviles, para esto alquilaría una antigua fábrica, en Chicago, Illinois y que había sido dedicada durante la guerra a la construcción de material bélico.
En un genial movimiento de marketing, Preston Tucker decide anunciar en 1947, el innovador Tucker 48 bajo el slogan “15 años de pruebas para el coche del año” en buena parte de los diarios de tirada nacional. El origen del slogan estaba en unas declaraciones del propio Preston Tucker donde había dicho que llevaba 15 años pensando en el. Gracias a este anuncio se genero un enorme entusiasmo en el público, a pesar de que todavía quedase mucho trabajo por hacer antes de su versión definitiva, que no incluiría algunas especificaciones e innovaciones anunciadas.
El diseño definitivo del Tucker 48 se apartaba de todos los automóviles anteriores a la guerra, aunque conservaba algunos detalles como las defensas cromadas no incorporadas en la carrocería, siendo un precursor de las líneas que se harían populares años después. Gracias a sus aerodinámicas líneas, presentaba tan solo un coeficiente de tan solo 0,27 Cx, un coeficiente extraordinario para la época y dentro de los estándares actuales. Contaba con características innovadoras y adelantadas a su tiempo como el tercer faro central, más conocido como “ojo de ciclope”, que giraba solidario con la dirección. Esto represento un problema en algunos de los estados donde estaba prohibido que los automóviles tuviesen más de dos faros, aunque Tucker lo resolvería con una simple cubierta que la propia Tucker fabricaba.
El interior, se caracterizaba por la simplicidad con todos los mandos agrupados en el tablero detrás del volante. Además de resultar sorprendente grande y confortable más teniendo en cuenta que la reducida altura del Tucker 48. Donde presentaba un mayor numero de innovaciones seria en el apartado de la seguridad como la incorporación de parabrisas de seguridad, tablero de mandos acolchado o cinturones de seguridad. Lamentablemente algunas innovaciones previstas se quedaron por el camino, como los frenos de disco o las llantas de magnesio, debido a la falta de tiempo o al alto coste que tenían.
Como no podía ser menos, se trabajaría en desarrollar un innovador motor. Para la configuración mecánica se había pensado en un motor seis cilindros bóxer de 589 c.i. (9,65 l). Esta mecánica contaba con innovaciones como las cámaras de combustión hemisféricas, el sistema de inyección de gasolina o las válvulas en cabeza accionadas por un sistema oleo neumático. El sistema funcionaba por un distribuidor de presión de aceite que se montó en línea con el distribuidor de encendido, permitiendo que el sistema abriese y cerrase a tiempo cada válvula en el intervalo adecuado. Gracias a su gran cilindrada, el motor seria diseñado para mantener un ralentí de tan solo 100 rpm y un régimen de giro a velocidad de crucero de 250 a 1200 rpm. Otra característica innovadora era su sistema de transmisión por convertidor de par, que lamentablemente carecía de marcha atrás.
Aunque esta mecánica estaba pensada para ser la guinda del pastel, tan solo fue montada en el prototipo inicial, pues en el proceso de desarrollo, comenzaron a aparecer graves problemas que llevaron a abandonar su desarrollo. Esto llevaría a Tucker a tomar la decisión de buscar un nuevo motor, siendo el elegido el Franklin O-335, una mecánica 6 cilindros bóxer de 335 c.i. (5,5 l) diseñado originariamente para helicópteros. Debido a su origen, los ingenieros de Tucker tuvieron que desarrollar un sistema de refrigeración líquida en lugar de la refrigeración por aire original. A pesar de sus grandes dimensiones y su considerable peso, los 166 Cv le permitía un buen nivel de prestaciones, llegando a alcanzar las 190 Mph (190 Km/h). Se desarrollaría una nueva trasmisión automática de cuatro velocidades denominada “Tuckermatic”.
El gran día llego el 19 de junio 1947, cuando se presento por primera vez al mundo el Tucker 48, ante una gran expectación, se habían congregado más de 3.000 personas. La presentación se realizaría en la fábrica de Tucker en Chicago, para poder realizar un recorrido por la planta. Pero la presentación parecía condenada al fracaso hasta el último suspiro. Para empezar, la noche anterior al estreno los brazos de la suspensión independiente habían cedido debido a su gran peso pero estos problemas serían subsanados a tiempo para poder ser presentados. Algo que marcaría la presentación, sería el ruidoso motor de 589 c.i. que molestaba demasiado, para disimularlo, Preston Tucker ordeno a la banda de música que tocase lo más alto posible. Pero los problemas continuarían durante la presentación, como que al conducir el automóvil hasta la plataforma, sufrió una fuga del líquido refrigerante en forma de vapor, aunque afortunadamente nadie reparo en ese detalle.
Uno de los presentes en el evento sería Drew Pearson, uno de los periodistas más influyentes del momento. Este realizaría una feroz crítica del Tucker 48 acusándole de ser un fraude, atacando fallos de juventud como que careciera de marcha atrás, achacable a las prisas por presentar el primer prototipo al mundo. Este ataque daño seriamente a la imagen pública de Tucker, debido a que en esa época los periodistas gozaban de gran respeto entre la población. Pero este no serie el único revés que recibiría Tucker pues War Assets Administration (Administración de Bienes de Guerra), rechazaría sus propuestas para obtener dos fábricas de acero con las que abastecerse para la fabricación de sus automóviles, esta decisión fue muy controvertida y cubierta de un manto de opacidad.
La estocada final a la Tucker Corporation llegaría cuando la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos y la fiscalía le acusaron de prácticas irregulares a varios ejecutivos de la compañía. Esta acusación se basaba en una de las ideas más innovadoras de Preston Tucker, el programa de venta de accesorios, que consistía en la venta de accesorios antes de que el coche estuviera en producción. Esto permitía a los compradores de accesorios, obtener un lugar garantizado en la lista de espera para el nuevo Tucker 48. Posteriormente todos los cargos serian retirados, demostrando que no se había realizado ninguna práctica ilegal. Las causas reales de la investigación jamás fueron desveladas, el propio Preston Tucker acusaría al “Big Three” de Detroit, que utilizarían la influencia del Senador por Detroit Homer Ferguson, quien es responsabilizado de la caída del negocio de Tucker. Este instigo a la investigación, debido a la preocupación de estos ante un nuevo competidor que se les dejaba a todos obsoletos. Desgraciadamente el daño estaba hecho y la publicidad negativa destruyó definitivamente la compañía, deteniéndose la producción para siempre.
En un último e desesperado intento por contrarrestar la mala prensa, Preston Tucker y sus ingenieros realizaron varios test de resistencia en el circuito de Indianápolis, donde demostraron sus grandes cualidades. Durante el trascurso de estas pruebas, el Tucker 48 sufrió un grave accidente a alta velocidad mientras iba conducido por el mecánico Eddie Offut. Pero esto tan solo demostró sus grandes características de seguridad, pues salió casi ileso del tremendo accidente. A pesar de todo este empeño, ya era demasiado tarde para la compañía pues se había quedado sin fábrica y los inversores se habían retiraron del proyecto. Al final tan solo se producirían 51 unidades del Tucker 48, contando el prototipo inicial. Actualmente se conservan 47 unidades, con unas cotizaciones altas debido a su escasez e importancia histórica.
A pesar de este mala experiencia, Preston Tucker intentaría de nuevo una aventura automovilística en Brasil, el “Carioca” pero esta aventura jamás se llevaría a cabo debido a su prematura muerte debida a un cáncer de pulmón el 26 de Diciembre de 1956. De esta manera tan triste terminaría el gran sueño de crear un innovador automóvil con una concepción tanto en diseño como en seguridad a años de los coetáneos. Posteriormente esta historia sería llevada al cine en 1988 por Francis Ford Coppola bajo el titulo “Tucker, Un Hombre y su Sueño” y protagonizada por Jeff Bridges como Preston Tucker